HOJA EN BLANCO

Hoy te espero tumbada en la cama, con las sábanas pegadas y el despertador apagado. No quiero saber si salió el Sol o simplemente, la lluvia empaña los cristales sucios de mi ventana,así como mi vida. Prefiero mirar fijamente al techo,con los ojos cerrados y la luz apagada,dejando la mente en blanco para que me lleve donde yo quiero,evitar cada pensamiento me hace seguir recordándote.El libro que he posado sobre la alfombra, tiene la esquina de una página doblada,creo que esa fue la última que intenté leer,todas las demás están en blanco.Será que me quedé en el presente, y mi futuro aún está procesando, o tal vez, nadie haya querido escribirlo. Sobre la mesilla de noche, hay un vaso,que vacíe de un trago,no quiero que mis sueños se queden secos, como aquella hoja de otoño que me hizo resbalar y caer. Sigo esperando,con mi mano derecha sujetando la almohada,y la izquierda muy inquieta,mil posturas y todas me resultan raras, y la espera, como todas, me hacen sentir incómoda. Levantarse supone enfrentarse a un nuevo día,y si ayer fue duro,difícil o inaguantable, hoy no encuentro motivos para creer que será diferente.Mejor cierro la puerta y no dejo que nadie entre,la última vez lo hicieron para despertarme.Si sobre la mesilla había un vaso, dentro del primer cajón está mi pasado,no es una foto es un relicario.¡Cuánta fuerza de voluntad necesito para no volverlo a abrir! En el armario,no tengo ropa, solo zapatos.No me importaría salir a la calle desnuda, pero jamás descalza,las piedras del camino hacen llagas.En la esquina,esa muñeca que me recuerda tanto a mi, no se mueve, no respira,no vive, y siempre espera que lo bueno llegue solo.Lleva ahí años,soportando mi sombrero rosa, uno que me compré, pensando que las ideas se escapaban si no las encerrabas. Años lleva mirándome cada noche y cada mañana,y seguramente pensado que nada cambia.Mucha decoración para una triste habitación. A todo esto, yo sigo teniendo el propósito firme, de poner el pie derecho sobre el suelo frío,y a continuación lo que surja,pero no surge nada.Sin querer, y entre tanta inquietud,he tirado el vaso que había sobre la mesilla,y ha caído sobre el libro que tiré anoche sobre la alfombra.¡Vaya! Se nota que la vida y las historias siempre se llevan golpes,el vaso no se ha roto, pero las gotas que quedaban en el fondo han salpicado algunas de las hojas de la novela. Ahora lo tengo claro, los golpes te hacen llorar..Y curiosamente, quien golpea sale ileso en la batalla. Otra razón más,para seguir aguantando en posición horizontal,así evitaré que el viento me tumbe,ya me anticipo yo. Ahora sí, he retirado el vaso que había caído sobre el libro, y  con la manga de mi pijama he secado las hojas.Una vez me haya liberado del peso y me haya secado las lágrimas,decido levantarme,abro la nueva página y empiezo a escribir ese destino que desde hace unas cuantas líneas,estaba esperando....Porque no pienso dejar mi hoja en blanco..